La espondilodiscitis, es una infección que afecta a la columna vertebral. Aunque poco frecuente, su incidencia está aumentando debido al envejecimiento de la población y al uso de dispositivos intravasculares. Puede ser causada por bacterias como el Staphylococcus aureus. Los síntomas iniciales suelen ser inespecíficos, incluyendo dolor lumbar, fiebre y astenia, lo que complica el diagnóstico temprano.
Definición y generalidades de la espondilodiscitis
La espondilodiscitis es una infección que afecta la columna vertebral y puede provocar síntomas graves si no se trata a tiempo.
¿Qué es la espondilodiscitis?
La espondilodiscitis es una infección que compromete los discos intervertebrales y las vértebras adyacentes. Suele ser causada por la diseminación hematógena de bacterias o microorganismos a la columna vertebral. Esta condición puede llevar a una variedad de complicaciones si no se diagnostica y trata adecuadamente.
Epidemiología de la espondilodiscitis
La incidencia de la espondilodiscitis ha ido en aumento en los últimos años. Este incremento se atribuye principalmente al envejecimiento de la población y al mayor uso de dispositivos intravasculares, que facilitan la entrada de bacterias en el torrente sanguíneo. La espondilodiscitis afecta a personas de todas las edades, aunque es más común en adultos mayores.
Etiología y agentes causales
La espondilodiscitis puede ser causada por diversos agentes infecciosos, aunque las bacterias son las más comunes. Entre los principales responsables se encuentran:
- Staphylococcus aureus: Es el agente más comúnmente asociado con la espondilodiscitis, responsable de la mayoría de los casos.
- Mycobacterium tuberculosis: Este microorganismo es la causa de la espondilodiscitis granulomatosa, una forma crónica de la enfermedad.
- Hongos y parásitos: Aunque son menos comunes, también pueden causar espondilodiscitis, especialmente en individuos con sistemas inmunitarios comprometidos.
Además de los agentes infecciosos, existen factores de riesgo que pueden predisponer a una persona a desarrollar espondilodiscitis:
- Uso de dispositivos intravasculares
- Intervenciones quirúrgicas previas
- Enfermedades crónicas como diabetes y enfermedades autoinmunes
Es importante identificar y tratar la causa subyacente de la infección para implementar un tratamiento adecuado y prevenir complicaciones graves.
Clasificación de la espondilodiscitis
La espondilodiscitis se clasifica principalmente en tres tipos: piógena, granulomatosa y parasitaria. Cada una tiene características específicas en cuanto a su etiología y manifestaciones clínicas.
Espondilodiscitis piógena
La espondilodiscitis piógena es la forma más común de esta infección. Es causada mayormente por bacterias, siendo el Staphylococcus aureus el agente más frecuente. Este tipo de espondilodiscitis puede originarse debido a infecciones en otras partes del cuerpo que se diseminan hacia la columna vertebral, o por procedimientos quirúrgicos en la espalda.
Los síntomas incluyen dolor severo en la columna, fiebre y, en ocasiones, manifestaciones neurológicas debido a la compresión de estructuras nerviosas. El diagnóstico rápido y el tratamiento con antibióticos adecuados son cruciales para evitar complicaciones graves.
Espondilodiscitis granulomatosa
La espondilodiscitis granulomatosa es menos frecuente y está asociada con infecciones específicas como la tuberculosis y las infecciones micóticas. En estos casos, Mycobacterium tuberculosis y ciertos hongos son los microorganismos responsables.
Los pacientes con esta forma de espondilodiscitis pueden desarrollar granulomas, que son agregados de células inmunitarias que intentan contener la infección. Los síntomas suelen ser más sutiles y progresan lentamente, lo que puede complicar el diagnóstico. El tratamiento incluye el uso de medicamentos antituberculosos o antifúngicos, según el agente causal identificado.
Espondilodiscitis parasitaria
Menos frecuente que las dos anteriores, la espondilodiscitis parasitaria es causada por parásitos que afectan la columna vertebral. Entre los parásitos que pueden causar espondilodiscitis se encuentran Echinococcus granulosus y Taenia solium.
Los síntomas de la espondilodiscitis parasitaria son variados y dependen del parásito implicado. Pueden ir desde dolor generalizado en la espalda hasta síntomas neurológicos graves. El tratamiento incluye fármacos antiparasitarios y, en algunos casos, puede ser necesario recurrir a la cirugía para eliminar quistes o masas parasitarias que comprometen estructuras vertebrales.
Sintomatología de la espondilodiscitis
La sintomatología de la espondilodiscitis puede variar ampliamente y presentarse de forma inespecífica, dificultando su diagnóstico temprano.
Síntomas iniciales
Los síntomas iniciales de la espondilodiscitis incluyen:
- Dolor lumbar persistente, que suele empeorar con el movimiento.
- Fiebre, generalmente no muy alta pero constante.
- Astenia y malestar general, similar a la sensación durante una gripe.
Manifestaciones atípicas
En algunos casos, la espondilodiscitis puede presentar manifestaciones menos comunes que complican su diagnóstico.
Dolor torácico
El dolor torácico puede aparecer en la espondilodiscitis cuando la infección afecta a vertebras torácicas, siendo una manifestación atípica.
Signos neurológicos como hiporreflexia
La hiporreflexia es una reducción de los reflejos musculares, y puede presentarse en casos en los que la infección implica compresión nerviosa.
Paresia y retención urinaria
La paresia, una disminución de la fuerza muscular, junto con retención urinaria, son síntomas más graves y habitualmente indican una complicación neurológica de la espondilodiscitis.
Diagnóstico de la espondilodiscitis
El diagnóstico de la espondilodiscitis se basa en una combinación de datos clínicos, radiológicos, de laboratorio y microbiológicos.
Evaluación clínica
La evaluación clínica es la primera etapa en el diagnóstico de la espondilodiscitis. Incluye una anamnesis detallada y un examen físico completo. Los síntomas más frecuentes como el dolor lumbar persistente y la fiebre pueden orientar al médico hacia la sospecha de esta enfermedad.
Pruebas de imagen
Resonancia magnética
La resonancia magnética es la prueba de imagen de elección para el diagnóstico de la espondilodiscitis. Permite una visualización detallada de las estructuras vertebrales, discos intervertebrales y tejidos adyacentes, identificando signos de inflamación, abscesos y destrucción ósea.
Gammagrafía con leucocitos marcados
La gammagrafía con leucocitos marcados es útil en casos en los que la resonancia magnética no sea concluyente. Esta técnica es particularmente efectiva para detectar infecciones óseas activas, ya que los leucocitos marcados se acumulan en áreas de infección.
Pruebas de laboratorio
Análisis de sangre
El análisis de sangre es fundamental para la evaluación inicial. Comprende parámetros como el hemograma completo, en el que se puede observar leucocitosis, y el hemocultivo para identificar el agente infeccioso.
Velocidad de sedimentación globular
La velocidad de sedimentación globular (VSG) suele estar elevada en pacientes con espondilodiscitis. Este es un marcador inespecífico de inflamación y puede ayudar a monitorizar la respuesta al tratamiento.
Reactantes de fase aguda
Los reactantes de fase aguda como la proteína C reactiva (PCR) son otros marcadores importantes. Un incremento significativo de estos valores refuerza el diagnóstico de una infección activa.
Proteína C reactiva
La proteína C reactiva es uno de los reactantes de fase aguda que más se eleva en casos de espondilodiscitis. Su monitorización es crucial para evaluar la evolución del paciente y la efectividad del tratamiento.
Diagnóstico microbiológico
El diagnóstico microbiológico es esencial para identificar el patógeno causante de la espondilodiscitis. La obtención de muestras para cultivos se puede realizar mediante hemocultivos o biopsia del tejido afectado. Los hemocultivos pueden ser positivos en casos de bacteriemia. La biopsia permite obtener material directamente del foco infeccioso para cultivo y estudios histopatológicos.
Tratamiento de la espondilodiscitis
El tratamiento de la espondilodiscitis abarca terapias farmacológicas y quirúrgicas, dependiendo de la gravedad y evolución de la infección.
Tratamiento con antibióticos
El tratamiento antibiótico es la primera línea de intervención y generalmente se inicia de manera empírica mientras se espera la identificación precisa del patógeno causante.
Vía intravenosa
Inicialmente, los antibióticos se administran por vía intravenosa durante al menos 2 a 6 semanas. Este método asegura una alta concentración del medicamento en el lugar de la infección, lo cual es crucial para su eficacia.
Posteriormente vía oral
Tras la fase intravenosa, el tratamiento continúa con antibióticos por vía oral. Esta fase puede extenderse de 6 a 12 semanas según la respuesta del paciente. La transición a la vía oral ayuda a completar la erradicación del patógeno sin la necesidad de hospitalización prolongada.
Tratamiento quirúrgico
En casos donde el tratamiento antibiótico no es suficiente o cuando existen complicaciones, se considera la intervención quirúrgica.
Desbridamiento del tejido infectado
El desbridamiento quirúrgico consiste en la eliminación del tejido infectado. Esta intervención puede ser necesaria para reducir la carga bacteriana y prevenir una mayor propagación de la infección. Se realiza en un entorno quirúrgico controlado para minimizar riesgos.
Fijación vertebral
La fijación vertebral es otra intervención quirúrgica que puede ser necesaria en casos de inestabilidad espinal. Este procedimiento implica la estabilización de la columna mediante el uso de dispositivos ortopédicos, como tornillos y barras, para mantener la alineación correcta y prevenir daños adicionales.
Complicaciones de la espondilodiscitis
Las complicaciones de la espondilodiscitis pueden ser graves y requieren un manejo adecuado para prevenir daños duraderos.
Abscesos epidurales
Los abscesos epidurales son acumulaciones de pus en el espacio epidural de la columna vertebral. Esta complicación puede ocurrir cuando la infección de la espondilodiscitis se disemina más allá del disco intervertebral y los cuerpos vertebrales afectados.
Los síntomas que sugieren la presencia de abscesos epidurales incluyen:
- Dolor agudo y severo en la espalda.
- Déficits neurológicos progresivos, como debilidad o parálisis en las extremidades.
- Fiebre persistente e incremento en parámetros inflamatorios en el laboratorio.
El tratamiento de los abscesos epidurales normalmente implica drenaje quirúrgico y administración de antibióticos ajustados según el resultado del cultivo microbiológico.
Abscesos prevertebrales
Cuando la infección se extiende a los tejidos blandos frente a las vértebras, puede formarse un absceso prevertebral. Esta situación puede presentar complicaciones adicionales debido a la proximidad con estructuras importantes como la aorta y el esófago.
El diagnóstico de abscesos prevertebrales se realiza mayormente a través de estudios de imagen, con la resonancia magnética siendo clave para evaluar su extensión y características.
Los síntomas pueden incluir:
- Dolor en la espalda y el cuello.
- Disfagia (dificultad para tragar).
- Signos sistémicos de infección, como fiebre y malestar general.
El manejo de abscesos prevertebrales consiste en drenaje quirúrgico y tratamiento antibiótico dirigido.
Destrucción ósea
La destrucción ósea es una complicación severa y puede resultar del progreso de la infección sin tratamiento adecuado o temprano. La espondilodiscitis puede llevar a la osteonecrosis, la pérdida estructural de los cuerpos vertebrales y colapso vertebral.
Esta complicación puede causar:
- Inestabilidad espinal.
- Deformidades de la columna, como cifosis angular.
- Compresión de la médula espinal y raíces nerviosas adyacentes.
El tratamiento busca estabilizar la columna y erradicar la infección. Incluye una combinación de tratamiento con antibióticos a largo plazo y posible intervención quirúrgica para la fijación vertebral y reconstrucción ósea.
Pronóstico y evolución de la espondilodiscitis
La evolución y el pronóstico de la espondilodiscitis dependen de múltiples factores, tanto del paciente como de la naturaleza de la infección.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo juegan un papel importante en la evolución de la espondilodiscitis. Entre ellos se incluyen:
- Edad avanzada
- Presencia de comorbilidades como diabetes, enfermedades renales o hepáticas
- Inmunodepresión
- Uso de dispositivos intravasculares
- Cirugías previas en la columna
El reconocimiento temprano y la gestión adecuada de estos factores de riesgo pueden influir positivamente en el pronóstico del paciente.
Mortalidad asociada a la espondilodiscitis
La mortalidad de la espondilodiscitis varía según la gravedad y la rapidez en el diagnóstico y tratamiento. En general, la tasa de mortalidad ha disminuido con los avances en los tratamientos médicos y quirúrgicos.
Sin embargo, las complicaciones graves, como los abscesos epidurales y la destrucción ósea, pueden aumentar significativamente la mortalidad. El abordaje multidisciplinario es fundamental para reducir los riesgos y mejorar el pronóstico.
Espondilodiscitis lumbar
La espondilodiscitis lumbar es una forma específica de espondilodiscitis que afecta a la región lumbar de la columna vertebral. Esta afección se caracteriza por una serie de particularidades que la distinguen del resto.
Características específicas
La espondilodiscitis lumbar se presenta frecuentemente con dolor lumbar severo, que puede irradiar hacia las extremidades inferiores. Este dolor suele ser progresivo y constante, empeorando con el movimiento y mejorando parcialmente con el reposo.
La mayoría de los pacientes con espondilodiscitis lumbar muestran signos de inflamación local, que pueden incluir enrojecimiento, calor y sensibilidad en la zona afectada. También se pueden observar síntomas sistémicos como fiebre, malestar general y pérdida de peso.
En fases avanzadas, es posible que se desarrollen complicaciones neurológicas debido a la compresión de estructuras nerviosas, lo que puede llevar a la aparición de déficits neurológicos como la debilidad muscular y la alteración de los reflejos.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de espondilodiscitis lumbar requiere un enfoque multidisciplinario que combina la evaluación clínica, pruebas de imagen y análisis de laboratorio. La resonancia magnética es una herramienta fundamental para la detección de esta patología, permitiendo identificar cambios inflamatorios, abscesos y destrucción ósea.
Evaluación clínica
La evaluación clínica inicial debe centrarse en un examen físico completo, con especial atención a la palpación de la columna lumbar y la evaluación de los reflejos neurológicos. La historia clínica es crucial para identificar factores de riesgo y síntomas específicos.
Pruebas de imagen
Las pruebas de imagen son esenciales para confirmar el diagnóstico de espondilodiscitis lumbar. La resonancia magnética es la técnica de elección debido a su alta sensibilidad y especificidad.
- Resonancia magnética: Permite la visualización detallada de las estructuras vertebrales y la detección de inflamación, abscesos y destrucción ósea.
- Gammagrafía con leucocitos marcados: Utilizada en casos donde la resonancia magnética no está disponible o para evaluar la extensión de la infección.
Pruebas de laboratorio
Las pruebas de laboratorio complementan el diagnóstico, proporcionando datos sobre los marcadores inflamatorios y la presencia de infecciones bacterianas.
- Análisis de sangre: Incluye hemograma completo, pruebas de función renal y hepática.
- Velocidad de sedimentación globular: Aumenta en presencia de inflamación e infección.
- Reactantes de fase aguda: Marcadores inflamatorios como la PCR (proteína C reactiva).
- Proteína C reactiva: Suele estar elevada en casos de espondilodiscitis.
Diagnóstico microbiológico
El diagnóstico microbiológico se basa en la identificación del agente causal, a menudo mediante hemocultivos y, en algunos casos, punción-biopsia de la zona afectada.

Esta imagen muestra un hemocultivo y una lupa, resaltando el proceso de identificación de infecciones bacterianas en el sistema circulatorio.
Tratamiento con antibióticos
El tratamiento antibiótico es fundamental en la gestión de la espondilodiscitis lumbar.
Generalmente se inicia con antibióticos de amplio espectro, ajustados posteriormente en función de los resultados microbiológicos.
- Vía intravenosa: Es preferida inicialmente para asegurar concentraciones terapéuticas adecuadas.
- Posteriormente vía oral: Tras una mejora clínica y reducción de la inflamación, el tratamiento puede continuar por vía oral durante varias semanas.
Tratamiento quirúrgico
En casos complicados, el abordaje quirúrgico puede ser necesario para controlar la infección y prevenir deformidades estructurales.
- Desbridamiento del tejido infectado: Elimina el tejido necrosado y reduce la carga bacteriana.
- Fijación vertebral: Previene la inestabilidad espinal y colapso vertebral.
Prevención de la espondilodiscitis
La prevención de la espondilodiscitis es esencial para evitar complicaciones graves. Se basa en la implementación de medidas preventivas y una atención médica temprana y adecuada.
Medidas preventivas
Las medidas preventivas juegan un papel crucial en reducir la incidencia de espondilodiscitis. Estas medidas incluyen:
- Mantenimiento de una higiene adecuada, especialmente en hospitales y clínicas, para prevenir infecciones nosocomiales.
- Control riguroso de la higiene durante procedimientos invasivos, como la colocación de catéteres y otros dispositivos intravasculares.
- Administración profiláctica de antibióticos antes de cirugías vertebrales y otros procedimientos de alto riesgo.
- Seguimiento estricto de pacientes con dispositivos intravasculares para detectar signos tempranos de infección.
- Educación y formación del personal médico y sanitario sobre las prácticas adecuadas de prevención de infecciones.
- Promoción de una buena salud general en la población, incluyendo una alimentación balanceada y ejercicio regular para mejorar el sistema inmunológico.
Atención médica temprana
La detección y tratamiento temprano de infecciones es esencial para prevenir la espondilodiscitis. La atención médica temprana incluye:
- Monitoreo regular de pacientes con historial de infecciones o con enfermedades crónicas que puedan predisponer a infecciones.
- Realización de chequeos periódicos y pruebas de diagnóstico en pacientes que presenten síntomas persistentes de dolor lumbar, fiebre o astenia.
- Uso de pruebas de imagen, como la resonancia magnética, para la evaluación precoz de posibles infecciones vertebrales.
- Implementación de protocolos de evaluación rápida en caso de sospecha de espondilodiscitis para iniciar el tratamiento cuanto antes.
- Seguimiento cuidadoso de pacientes postquirúrgicos para detectar y manejar de manera eficaz cualquier signo de infección.
Casos especiales de espondilodiscitis
La espondilodiscitis puede presentarse en diferentes grupos de pacientes con características particulares que requieren un enfoque específico para su diagnóstico y tratamiento.
Espondilodiscitis en niños
La espondilodiscitis en niños es una entidad clínica que presenta particularidades en comparación con los adultos. La incidencia es menor, pero tiene una mayor prevalencia en menores de cinco años.
Los síntomas en niños pueden ser más sutiles e inespecíficos, manifestándose comúnmente como dolor en la espalda, fiebre y malestar general. A menudo, los niños pequeños pueden no expresar claramente el dolor, lo que dificulta un diagnóstico temprano.
El diagnóstico en este grupo de pacientes debe apoyarse en una evaluación clínica exhaustiva y en el uso de las técnicas de imagen como la resonancia magnética, que permite una visualización detallada de la columna vertebral. Es indispensable realizar cultivos y pruebas de laboratorio para identificar el agente causal.
El tratamiento debe iniciarse lo antes posible para evitar complicaciones graves. La administración de antibióticos es fundamental y puede requerir un abordaje intravenoso prolongado seguido de terapia oral. En algunos casos, puede ser necesario el tratamiento quirúrgico para desbridar el tejido infectado y estabilizar la columna.

Esta imagen ilustra a una niña con dolor en la zona lumbar, un síntoma común en casos de espondilodiscitis infecciosa.
Espondilodiscitis en pacientes con dispositivos intravasculares
Los pacientes con dispositivos intravasculares, como catéteres o marcapasos, presentan un riesgo aumentado de desarrollar espondilodiscitis debido a la posibilidad de que los patógenos accedan al torrente sanguíneo a través de estos dispositivos.
En esta subpoblación, es fundamental mantener un alto índice de sospecha, ya que la presentación clínica puede ser atípica. Los síntomas pueden incluir dolor en la espalda de nueva aparición, fiebre persistente y signos de sepsis. Es crucial realizar un diagnóstico precoz mediante resonancia magnética y estudios microbiológicos.
El tratamiento involucra la administración de antibióticos dirigidos específicamente al patógeno identificado. La retirada del dispositivo infectado es a menudo necesaria para la resolución completa de la infección. La colaboración multidisciplinaria con especialistas en enfermedades infecciosas, radiología y cirugía es crucial para un manejo óptimo de estos casos.
Conclusión
La espondilodiscitis es una infección grave que puede afectar a personas de todas las edades, especialmente a aquellas con factores de riesgo como el uso de dispositivos intravasculares o enfermedades crónicas. Su diagnóstico temprano y tratamiento adecuado son cruciales para prevenir complicaciones severas y asegurar la salud de los pacientes. La combinación de medidas preventivas y una atención médica oportuna puede contribuir significativamente a mejorar los resultados en los casos de espondilodiscitis.
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Tengo a mi hermano con espondilodiscitis en t8 y t9 por bacterias productora de kpc y ndm, klebsiella pneumoniae.
Por favor tto
Hola, el tratamiento es ingresarlo al hospital de urgencia.
Un saludo